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El golf universitario: Una experiencia diferente.

El año pasado despachamos a otro hijo a jugar golf en la universidad en EEUU. Su entusiasmo es palpable; se está sumergiendo en una rutina donde el deporte y los estudios conviven en armonía, algo que le está resultando sumamente gratificante.

 Mi esposa y yo, como padres que hemos seguido de cerca sus trayectorias, hemos aprendido que acompañar a un golfista universitario supone un conjunto de dinámicas completamente distintas a las de un golfista juvenil. Estas diferencias no son sutiles, sino más bien marcadas y definitorias de esta nueva etapa.

Adentrarse en el mundo universitario es en sí una transición considerable. Para ser franco, las diferencias han resultado más acentuadas de lo que habíamos proyectado inicialmente.


Participación reducida – en prácticamente todos los aspectos.

Como padre de un golfista en etapas formativas, tu implicación es directa y activa. Desde el transporte a los eventos hasta la selección de torneos, pasando por el asesoramiento técnico del swing o incluso ejerciendo de caddie en ocasiones. En esos momentos eres el pilar de soporte para tu hijo, estando presente tanto en los triunfos como en los reveses.

En cambio, en el golf universitario, tu rol sufre una transformación radical. Te conviertes en un espectador más que en un actor, y aunque esta independencia es algo positivo, no deja de ser una sensación inusual y desconcertante.


Acceso limitado a información – detalles sobre el desempeño en el golf

Es probable que descubras, no sin cierta sorpresa, que una vez que tu hijo inicia su aventura universitaria, las llamadas a casa descienden en la lista de prioridades. Para asegurarme de que mantenemos una comunicación medianamente fluida, he establecido una norma personal: sin importar el momento del día o lo que esté haciendo, si él llama, yo respondo. Dejo lo que esté haciendo, ya sea salir de una reunión importante o pausar ronda en el club. Si mi hijo necesita hablar, yo estoy disponible para él. Eso no se negocia.

Con tantos cambios y adaptaciones en su vida, las conversaciones sobre golf han disminuido notablemente. Esto no es negativo en sí mismo, simplemente es diferente y requiere un proceso de adaptación emocional por nuestra parte.


La emoción de calificar para viajar con el equipo.

La experiencia de formar parte de un equipo de golf universitario es incomparable. Si tu hijo siempre ha destacado en el golf durante su etapa de secundaria, la competencia por estar entre los mejores de la universidad representa una nueva y emocionante dinámica.

Los equipos universitarios suelen estar compuestos por entre 10 y 15 jugadores excepcionales. Lograr un puesto entre los cinco o seis mejores, especialmente como novato, implica un desafío considerable.

Vivir el proceso de calificación junto a tu hijo aporta una nueva dimensión a la experiencia. Es posible que este proceso resulte incluso más estresante que los propios torneos. Acompañar al equipo en sus viajes es un privilegio y una experiencia enriquecedora, en contraste con el ambiente más sosegado del campus.


La tensión de seguir el puntaje en vivo en Golfstat.

Si tienes la fortuna de que tu hijo juega cerca de casa, considera esto una bendición. Pero incluso en esos casos, la realidad es que es imposible asistir a todos los eventos universitarios. Como padre de un golfista juvenil, rara vez me perdía un torneo, pero hasta la fecha, hemos logrado presenciar una o dos competencias universitarias.

Esto nos obliga a seguir los eventos a través de los puntajes en vivo en GolfStat, lo cual es una práctica que, aunque útil, transforma cinco horas de tu día en un carrusel de emociones y tensión mientras esperas ver cómo se desempeña tu hijo en cada hoyo. ¿Está liderando el equipo? ¿Acaso mi hijo acaba de anotar un triple bogey? ¡Ah, pero aquí viene un birdie!

En ciertas ocasiones, el grupo de tu hijo deja de actualizar sus puntuaciones durante una hora o incluso más… continúas pulsando el botón de actualizar, pero no aparece nada nuevo. Y entonces, sin más, aparecen los resultados de cinco hoyos de golpe. Algunos dirían que es emocionante; yo prefiero describirlo como angustioso.


El golf universitario es una oportunidad única.

No me malinterpreten, el golf universitario es una experiencia excepcional. Mi hijo se lo está pasando de maravilla y estoy agradecido de que esté viviendo esta experiencia. ¿Significa esto que no extraño aquellos días en que participaba en torneos juveniles? No del todo, pero estoy convencido de que él está disfrutando plenamente esta nueva etapa.

La reflexión que quiero compartir es la siguiente: tu hijo o hija amará el golf universitario, y como padres, debemos estar listos para enfrentar y abrazar el cambio.

No es una cuestión de bueno o malo, sino de diferente y nuevo. Se trata de una evolución natural en el camino del deportista y en nuestra propia jornada como padres. Esta etapa es una extensión del juego que amamos, pero con nuevas reglas y expectativas que requieren nuestra adaptación y comprensión.

En conclusión, ser testigos y partícipes, aunque ahora desde una perspectiva diferente, del viaje de nuestros hijos en el golf juvenil y universitario es un camino lleno de aprendizaje y crecimiento tanto para ellos como para nosotros.

Los invito a compartir sus experiencias y a encontrar consejos, apoyo y una comunidad apasionada por este deporte en BUENGOLF.MX Este espacio está dedicado a forjar lazos entre padres de golfistas, ofreciendo recursos, información y acompañamiento en el viaje de sus atletas. únase a nosotros en esta aventura y convierta esta etapa en una experiencia aún más gratificante.

¡Nos vemos en buengolf.mx!



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